"Éramos todos muy amigos, nos gustaba jugar juntos, la pasábamos bien reunidos, intentábamos hacerlo lo mejor posible. Atacar mucho y luego recuperarla con la ilusión de volver a atacar y esperábamos la compañía de la suerte. Ése es el fútbol, muchachos."

Marcelo Bielsa




sábado, 12 de enero de 2013

TOCA DESHOJAR LA MARGARITA

Fue en Zurich, a principios de semana, cuando Guardiola por fín se pronunció sobre sus intenciones de futuro. Quiere volver a entrenar. Era lo lógico. Superado ya el ecuador de su "año sabático" y mudado a Nueva York para poner tierra de por medio, Pep da por superada la presión de sus cuatro años de banquillo blaugrana y siente la necesidad de emprender un nuevo reto. ¿Pero dónde?. Intuyo que una vez declaradas sus ganas de volver surgirán diferentes y variadas opciones, pero a priori Inglaterra suena como el destino más elitista. Hoy algunos medios hablan de una oferta mareante del Chelsea, mientras que otros como el Manchester City seguramente se mantienen a la espera de acontecimientos. ¿Pero qué es lo que quiere realmente Guardiola?. ¿Millones a "troche y moche"?. ¿Ampliar su palmarés y prestigio?. La Premier, desde luego, podría ofrecerle respuesta a esas preguntas. Pero el de Santpedor es un tipo particular, especial, con un toque místico, "Bielsista" si se me permite el vocablo...

Guardiola basó sus años en el banquillo del Barça en un fútbol con unas señas de identidad muy claramente definidas. Fútbol de toque, con un perfil de jugadores muy específico que, en su gran mayoría, llevaban mamando esos conceptos desde la niñez. Era tan importante la idea como disponer de los hombres adecuados para su desarrollo. Y en el caso del Barça de Pep, esos futbolistas o ya estaban en el primer equipo o los encontró en el filial. ¿Pero qué canteras tienen el Chelsea o el City?. ¿Las conoce Guardiola?. ¿Cambiará sus planteamientos y montará un equipo exclusivamente a base de millones y más millones de libras esterlinas?...

Si fuera de esta última manera, la experiencia del técnico catalán no es especialmente gratificante. Una de las pocas pegas que se le puede poner a sus años en el Barça, fue precisamente que muchas de las contrataciones (algunas de ellas multimillonarias) no dieron ni de lejos los frutos deseados. Por lo general, el jugador de la casa siempre aprobaba con mejor nota que el foráneo llegado a base de dinero. ¿Se sentiría Pep más cómodo en clubes como, por ejemplo, Ajax o Athletic de Bilbao?. Por lo que su trayectoria ha ofrecido hasta ahora, puede ser que sí. Pero, volviendo a uno de los primeros interrogantes, si lo que anhela es la fama queda claro que en estos últimos clubes más "canteranos" (y cuyos nombres lanzo al azar, no porque se conozca un interés real) el éxito es más improbable. No le queda otra que deshojar la margarita. Aunar en un solo club todos los ingredientes que tenía en Barcelona (y ya ni siquiera hablo de los emocionales) parece complicado. Nadie mejor que él sabrá meditar la decisión final. Y quizá nos llevemos todos alguna sorpresa. O no...

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