"Éramos todos muy amigos, nos gustaba jugar juntos, la pasábamos bien reunidos, intentábamos hacerlo lo mejor posible. Atacar mucho y luego recuperarla con la ilusión de volver a atacar y esperábamos la compañía de la suerte. Ése es el fútbol, muchachos."

Marcelo Bielsa




domingo, 21 de octubre de 2012

¿QUÉ PASA CON BARTRA?

Uno de los debates (posiblemente el principal) que hubo el pasado verano en Can Barça, hizo referencia a la necesidad de fichar a un defensa central. Finalmente se optó por una decisión "híbrida" como fué la de contratar al camerunés Alex Song, jugador en realidad más de medular que de retaguardia. Las contínuas lesiones de la pasada campaña de Puyol y Piqué (que vuelven a ser habituales en el presente curso) hacían quizá más que necesaria la incorporación de un zaguero. Y como viene sucediendo en los últimos años en el Barcelona, la solución parecía estar en casa. Muniesa, Fontàs (cedido hace unos días al Mallorca) y Bartra aspiraban a esa plaza de cuarto central, de la que los dos primeros quedaban inicialmente fuera por lesiones de larga duración.

Pero el caso de Marc Bartra es, en apariencia, de difícil explicación. Causó buenas sensaciones durante los partidos de pretemporada y en cambio, en lo que va de curso oficial, no ha disputado todavía ni un sólo minuto. Y francamente, no habrá sido porque Tito Vilanova no haya encontrado ocasiones para hacerlo jugar. La enfermería se ha cebado especialmente con esa demarcación y el actual técnico blaugrana, no sólo ha recurrido a Song para cubrir dicha posición, sino que en un partido tan importante como fué el jugado hace un par de semanas ante el Real Madrid, optó por una decisión a priori tan peregrina como la de colocar al brasileño Adriano en el centro de la zaga. Fórmula que repite ayer en Coruña tras la expulsión de Mascherano. Sólo se me ocurren dos respuetas razonables a esta falta de confianza en Bartra. Una puede ser que el jugador, pese a sus buenos partidos del verano, no esté dando buenas sensaciones en el día a día y por lo tanto, no convenza lo suficiente al entrenador como para contar con minutos. La otra sencillamente puede ser que este joven catalán no sea del agrado de Vilanova y, de alguna manera, lo tenga en la plantilla como fruto de la herencia recibida de la pasada campaña (algo similar entonces a los casos de Fontàs o Dos Santos). Sea como fuere y viendo los acontecimientos, podríamos reafirmarnos en que fué un error por parte del club no incorporar a un central "nato" en el periodo estival (¿quizá en invierno?). Y por lo que se refiere al futbolista, la mejor solución, a tenor de lo poco que cuenta, sería una salida en forma de cesión a un equipo donde pueda contar con oportunidades. Todas las partes saldrían ganando.

domingo, 14 de octubre de 2012

UN HÉROE SIN TELEVISIÓN

El partido del pasado viernes de la Selección Española estuvo marcado, más que por el resultado en sí, por la no retransmisión en directo del encuentro por ninguna cadena estatal. Y en un partido tan poco "mediático", la estrella del mismo resultó ser un jugador que, casualmente, tampoco acapara los focos de las cámaras. El canario Pedro Rodríguez (para mí, como para muchos, siempre será Pedrito) logró su primer hat-trick como futbolista profesional. Eran además sus primeros tres goles oficiales con la Roja (los cuatro anteriores habían sido en encuentros amistosos). Fueron todos ellos tantos de una similar factura, de un toque preciso con el que demuestra la calidad que le ha llevado a ser un jugador importante en el Barça, así como campeón de Europa y del Mundo con la Selección.

Apuesta personal de Guardiola (aunque había debutado efímeramente de blaugrana con Rijkaard en el banquillo) Pedro ha conseguido un status en la delantera del Barcelona, sobreviviendo a otros atacantes de más "caché" como Eto'o o Ibrahimovic. La clave, aparte de su calidad, ha estado en saber asumir el rol que le correspondía. Sin estridencias, sin querer ser más que nadie y asumiendo (cosa que otros nombres como los mencionados varias líneas más arriba no entendieron) que comparte ataque con el mejor jugador del mundo. Con España sucede algo similar. Llegó a la misma sin demasiado bombo, pero en el momento oportuno para acabar siendo importante en los pasados Mundial y Eurocopa, sobrepasando a compañeros que a priori partían con ventaja. Y todo ello, con humildad. Si juegas en el Barça actual y por extensión, en esta Selección Española, debes entender que el egoísmo hay que dejarlo en el vestuario. Y Pedro lo ha entendido a la perfección.

viernes, 12 de octubre de 2012

EL ÚLTIMO "CLÁSICO"

Pasados ya unos cuantos días desde la disputa del último "clásico", quizá sea un buen momento para un análisis sereno de lo que fué ese Barça-Madrid del pasado domingo. Un duelo que, a diferencia de los campeonatos ligueros anteriores, llegaba de una forma un tanto prematura (séptima jornada). Esto anterior, se unió además al clima de camaradería que parece existir ahora entre unos y otros y que tanto contrasta con la tensión casi irrespirable de las últimas campañas. En definitiva, menos morbo. El propio Gerard Piqué, en una entrevista a Catalunya Radio, expresaba hace unas horas que con el Real Madrid no existe la tensión de antaño. Si realmente es así, bienvenida sea esa calma momentánea. Mucho me temo que, en un tiempo no muy lejano, la hostilidad se volverá a disparar. En el fondo es el sino de estos dos clubes.

Centrándonos en las sensaciones que se derivaron de ese empate a dos final, tengo la impresión de que ambos equipos dieron el resultado por satisfactorio. Desde la perspectiva blaugrana, quizá un tanto más conservadora a tenor de la importante ventaja en la clasificación, las tablas finales suponen mantener esos ocho puntos de margen que, a estas alturas del curso, parecían casi impensables. Y creo además que el Barça, con independencia de que jugadores como Xavi hablaran de una oportunidad perdida para haber agrandado la distancia, temió de manera fundada que el choque hubiera acabado con un resultado peor. Las importantes ausencias en defensa, la inexperiencia de algunos de sus zagueros (ya fuera por ubicarse fuera de su posición habitual como Adriano o por la escasez de minutos como Montoya) o el buen arranque de encuentro de un Real Madrid que tuvo el 0 a 2 antes de la media hora, podían hacer temer lo peor para la parroquia culé. Por suerte para ellos, la segunda mitad disipó muchas dudas. Las imprecisiones de los primeros cuarenta y cinco minutos, dieron paso a un Barça mucho más reconocible que incluso tuvo la victoria en sus manos en la recta final.

En cuanto al Real Madrid, opino que también queda un poso de satisfacción tras el encuentro. Cierto es que siguen a ocho de los culés, pero nadie como el conjunto blanco ejemplifica mejor lo que es la confianza y la autoestima en el mundo del fútbol. Aparte del largo trecho que queda aún de campeonato, los madridistas hacen de la cultura del "clavo ardiendo" una filosofía de vida que les ha servido tanto para sacar adelante partidos que para cualquier otro equipo estarían perdidos, como para llegar hasta el final con opciones de triunfo en competiciones como la Liga. A ello añadirle, que pese a que las fuerzas se han equilibrado en los últimos tiempos, el Madrid sigue teniendo muy presentes todos aquellos enfrentamientos en los que el Barça acabó pasándoles por encima. Y visto desde ese prisma, un empate en campo contrario no debe ser motivo de tristeza.

En resumidas cuentas, hay Liga porque quedan casi cien puntos en juego. Y también porque, pese al pleno de victorias con el que llegaban los de Tito Vilanova antes de este encuentro, el Barcelona no muestra en apariencia la fiabilidad de temporadas anteriores. Ha habido partidos, como los de Osasuna o Sevilla, en los que pese a las victorias finales, los culés estuvieron cerca de besar la lona. Por otra parte el Real Madrid apunta en los últimos encuentros a una clara mejoría que se traduce en victorias más contundentes. El gran peligro para los blancos es que buena parte de sus comodines ya los han quemado y el margen de errores de aquí en adelante debe reducirse considerablemente. Y a todo esto, una reflexión final. ¿Se han fijado en qué lugar de la tabla se encuentra el Atlético de Madrid?...