"Éramos todos muy amigos, nos gustaba jugar juntos, la pasábamos bien reunidos, intentábamos hacerlo lo mejor posible. Atacar mucho y luego recuperarla con la ilusión de volver a atacar y esperábamos la compañía de la suerte. Ése es el fútbol, muchachos."

Marcelo Bielsa




domingo, 2 de septiembre de 2012

JOAQUÍN CAPARRÓS

Posiblemente Joaquín Caparrós nunca entrene a un equipo con pretensiones de grado superlativo (es decir, Madrid o Barça). Probablemente, el día que finalice su carrera, no pueda presumir de tener un palmarés brillante. Pero este técnico andaluz que, pese a esa apariencia desenfadada, comienza a acercarse peligrosamente a la sesentena, se va ganando el respeto de todos los clubes de Primera por donde va pasando. Y es que la inteligencia de Caparrós no radica sólo en sus planteamientos y conocimientos futbolísticos, sino también en su capacidad para aceptar proyectos que se ajustan a sus cualidades. La excepción a toda regla, habría que buscarla en ese penúltimo banquillo por ahora visitado y que le llevó, en su única aventura no española, a dirigir al Neuchâtel suizo. Allí, curiosamente en un país neutral y tranquilo, se encontró con unos dirigentes que tenían por costumbre bajar a los vestuarios armados hasta los dientes. Como el lenguaje de las pistolas y las amenazas no van con Joaquín, hizo nuevamente gala de su acertado criterio para poner tierra de por medio.

Y poco después desembarcó en su actual casa, Mallorca. Un equipo más cercano a su perfil y al que, como ya en su día hiciera con Sevilla, Deportivo y Athletic, Caparrós inculca su mentalidad guerrera, su intensidad. La misma con la que él vive los partidos desde la banda mascando chicle. Acostumbrado a trabajar con recursos limitados, ya sean económicos unas veces o derivados de la propia idiosincrasia del club otras, este entrenador sevillano encuentra y sabe superar retos procedentes de dichas limitaciones. Buen pedagogo y, sin duda, gran defensor de la cantera, como demuestra el hecho de que algunos de los pupilos que una vez pasaron por sus manos, sean a día de hoy internacionales. Esta noche duerme como líder. Es algo puramente anecdótico. Seguro que su discurso a estas horas es mucho más modesto y especialmente comedido. Pero tres jornadas bastan para ver que su Mallorca es un equipo serio y trabajador. Su Mallorca es como él, como Joaquín Caparrós.

2 comentarios:

Espacio Ortigosa dijo...

Un grande, Joaquín Caparrós. Está haciendo un gran trabajo en Mallorca, cuando lo cogió estando prácticamente hundido el club bermellón. Este año creo que incluso luchará por Europa. Me encanta leerte, Juan, ya lo sabes.

Carmarti dijo...

¿Se pueden decir más cosas con menos palabras? Ésa es la virtud del buen escritor... No nos abandones, Juan.